El callejón sin salida de los gnósticos heterodoxos

Las consecuencias del rechazo de la ética y de una disciplina tradicional, que son lo que permite encaminarse hacia el dominio y la superación del compuesto humano, son fácilmente observables, tanto entre los que difunden este tipo de enseñanza, como en los que la siguen desde hace algún tiempo.

Para alguien que acaba de adoptar la perspectiva de una gnosis heterodoxa, todo va bien. El peso de los hábitos adquiridos mantiene generalmente en ese desafortunado una cierta rectitud moral, un cierto control de los cimientos de la psique humana. Pero con el tiempo todo se relaja, las adicciones, las obsesiones, los instintos animales se justifican por medio de sutilezas mentales. El peligro de esta "relajación" crece de manera indeseable cuando sobrevienen las primeras experiencias gnósticas.
Desde entonces, uno se cree, individualmente, "más allá del bien y del mal", mientras que sólo es nuestra Realidad transindividual lo que está efectivamente más allá del bien y del mal. ¿No llegamos a ver a algunos de estos desgraciados confundir la "Liberación del aprisionamiento en la condición humana" con "hacer todo lo que nos da la gana " y eso en nombre de este muy cómodo concepto de "libertad"?

Las consecuencias nauseabundas de este posicionamiento se desvelan poco a poco de manera cada vez más clara y hace falta ser víctima de una gran ceguera para no ver la regresión espiritual que resulta de ello. En el mejor de los casos, se produce un bloqueo, un estancamiento, que no permitirá avanzar en la vivencia más allá de un desvelamiento muy inconstante de la Verdad. En el peor de los casos, terminamos por encontrarnos por debajo, no sólo del esoterismo de una Gnosis auténtica, sino incluso de las bases elementales de cualquier espiritualidad sincera.

En consecuencia, el callejón sin salida espiritual al cual llegan los que siguen la enseñanza de los  "gnósticos heterodoxos" se puede resumir de la siguiente manera:
Un auténtico desvelamiento de la Realidad ocurre de manera espontánea y episódica en los que tienen las predisposiciones necesarias. Uno podría alegrarse de este resultado, si no iba acompañado por una completa imposibilidad para introducir de manera sostenible este desvelamiento en la vida cotidiana. Hablamos de "imposibilidad" y no de "dificultad", que cualquier aspirante que está siguiendo un camino tradicional encuentra. Esta "imposibilidad" se genera por el hecho de que la mente hunde sus raíces en una postura que rechaza la disciplina imprescindible para lograr la purificación humana permitiendo que la Realidad Suprema se refleje en la vida psicológica.
Por lo tanto, aquellos que siguen y enseñan esta pseudo-espiritualidad están condenados a haber entrevisto sólo lo Real y a morir en la orilla de un Sendero, sin llegar a conocer las profundidades de una vivencia cotidiana y constante.

Ésta es la constatación de este lamentable estado que os debe incitar a denunciar este error. Con la esperanza de que, de ese modo, podréis ayudar a algunos a salir del callejón sin salida en que se encuentran.