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Relación con el psicoanálisis y la psicoterapia


- Perspectiva teórica. 
Empecemos por aclarar las relaciones entre, de una parte la perspectiva tradicional y por otra, el psicoanálisis y la psicoterapia.
En primer lugar:
El psicoanálisis y la psicoterapia son unas aproximaciones hacia el inconsciente, mientras que la espiritualidad es un enfoque hacia el “supraconsciente”. Los dos enfoques se excluyen y no podemos mezclarlos.
En segundo lugar:
Hay que tener en cuenta el carácter violentamente antiespiritual del freudismo. La interpretación freudiana del enfoque espiritual no tiene ningún valor científico y no hace más que expresar las neurosis de su fundador.
En tercer lugar:
El pensamiento de la psicología de las profundidades procede por generalizaciones abusivas. Habiendo constatado la existencia de causas inconscientes que explican una serie de trastornos del comportamiento, se declara que todo el mundo posee las mismas estructuras inconscientes, aun cuando ningún trastorno, ninguna alteración, ni ninguna constatación permiten confirmar esta teoría. Se llega así a una interpretación de todas las actuaciones humanas a partir de observaciones hechas sobre unas personas desequilibradas. 
En cuarto lugar:
Denunciamos la pseudo espiritualidad de la perspectiva de Jung que reduce las Realidades espirituales del “supraconsciente” a unos arquetipos del inconsciente colectivo. Que exista en el inconsciente colectivo el reflejo arquetípico de las Realidades espirituales es una cosa, pero pensar que las Realidades espirituales son unos arquetipos del inconsciente colectivo es una confusión tan grosera como la que consistiera en decir que el reflejo de la luna en el estanque es la luna misma.

- Posicionamiento pragmático. 
Las personas que estén siguiendo un tratamiento psicoanalítico o bien una psicoterapia, no deben solicitar la iniciación, ni participar en los encuentros espirituales colectivos que organizamos. Mezclar el psicoanálisis o una psicoterapia con la iniciación que proponemos se desaconseja fuertemente, porque los pasos espirituales entrarían como datos del análisis psicológico y resultaría de ello una deformación radical de la perspectiva espiritual.
Las personas padeciendo de trastornos psicológicos, o bien en estado de sufrimiento psicológico, deben previamente emprender, o terminar, un trabajo psicológico antes de solicitar la iniciación. Así que para algunos, el proceso de curación propuesto por la psicología de las profundidades constituirá una etapa previa que les hará aptos para recibir la iniciación.
En esta óptica, a la luz de la problemática de los interminables psicoanálisis y psicoterapias que, con algunas interrupciones temporales, duran una gran parte de la vida, aconsejamos recurrir a unas terapias llamadas «breves»  que, en dos o tres años, son susceptibles de aliviar un gran número de casos.           

- La cuestión de la normalidad. 
La gran mayoría de los individuos sufre de una serie de trastornos neuróticos.  Por lo tanto, se plantea el problema siguiente:
Puesto que la recepción de la iniciación presupone un cierto nivel de equilibrio psicológico, ¿dónde se sitúa la norma en esta materia? O, en otros términos: ¿quién debe seguir una terapia breve antes de comenzar la iniciación y quien puede prescindir de ello?
La normalidad psicológica necesaria para tener las cualidades requeridas para recibir la iniciación está relacionada con el  sentido común. No se trata de no tener ningún problema psicológico para poder ser iniciado. Si se planteasen las cosas desde este punto de vista, ¡muy pocas personas podrían recibir la iniciación!
Esta « normalidad » básica de la cual hablamos es la siguiente:
Ningún trastorno grave respeto a la alimentación (bulimia, anorexia).
Ningún trastorno grave del sueño que necesite recurrir de manera constante a una medicación. ¡Lo que no impide algunos insomnios!
Ningún trastorno grave en cuestiones sexuales, lo que no significa que la sexualidad tenga que tener un aspecto «sublime».
Ningún trastorno grave del comportamiento, delirios, crisis de furor, abulia (incapacidad de tomar decisiones o ejercer la voluntad), crisis de angustia intensas e incontenibles, etc. Lo que no excluye la existencia de disputas familiares o de conflictos profesionales…
Si no tenéis ninguno de los problemas psicológicos graves e intensos que hemos mencionados: podéis recibir la iniciación.
Si por el  contrario padecéis de uno de estos trastornos, debéis considerar que pasar por una terapia breve hasta la desaparición de los trastornos indicados forma parte integrante de vuestro camino espiritual.

- Carácter curativo de la espiritualidad. 
La práctica espiritual que proponemos tiene un carácter curativo y engendra la desaparición de una serie de sufrimientos psicológicos. Pero con una condición: los problemas psicológicos en cuestión no deben ser  de tipo «invasor». Ahora  bien, la lista de los problemas evocados, y con los cuales salimos de lo que se llama « la normalidad psicológica », son justamente problemas que tienen un carácter invasor. Las prácticas presuponen cierto grado de lucidez, de capacidad de toma de consciencia, una «margen de maniobra» suficiente que, precisamente, falta en los casos de desequilibrio psicológico intenso.

- Conclusión. 
No se debe emprender un proceso espiritual para librarse de problemas psicológicos importantes. Es peligroso y no funcionará.
Es necesario realizar una terapia psicológica breve antes de emprender el trabajo iniciático si nos encontramos en un estado de sufrimiento psicológico intenso o si nos hemos salido de la normalidad del comportamiento. 
No hay que imaginarse que sea necesario ser perfecto desde el punto de vista psicológico antes de empezar la iniciación.