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Perspectiva interconfesional

- La ausencia de exclusivismo
Una persona recibiendo la enseñanza que transmitimos puede realizar otras prácticas espirituales por otra parte. No hay ningún exclusivismo en la adhesión a nuestra Enseñanza.
En  cambio, lo que se pide a la persona que recibe una etapa de la iniciación es practicar todo el programa espiritual que le es dado. No debe practicar parcialmente lo que le hemos transmitido y parcialmente una prácticas relacionadas con otras escuelas espirituales. Es la totalidad del programa transmitido que debe cumplir y  a partir de allí, puede añadir lo que desee.

- La ausencia de espíritu misionario.  
Nuestra transmisión del Advaita-Vedanta no incluye de nuestra parte ninguna voluntad de constituir un movimiento de tipo «neo-hinduista», ni ningún intento de conversión. Si nos referimos a la tradición hinduista, es porque nuestra enseñanza y nuestra práctica beben de la riqueza de la sabiduría inmemorial que vehicula; pero es evidente para nosotros que cada uno es libre de conservar la fe que sea la suya, a condición que esta no manifieste un exclusivismo sectario, incompatible con la orientación universal de nuestra enseñanza.
El hinduismo no es una religión con misioneros y por otra parte no podemos convertirnos en hindúes: nacemos hindúes, no podemos llegar a serlo. De la misma manera que, en función de nuestro karma, de la especificidad de nuestro destino, nacemos europeos, o asiáticos. Pero esto no significa que las Verdades metafísicas que la tradición hindú alberga estén reservadas a los hindúes. Al contrario, están ofertas a la humanidad entera.

- La voluntad de ínter confesionalidad. 
Ramana Maharshi nunca intentó « convertir » a quien sea, porque el Sí (Atmâ), la identidad verdadera de cada persona más allá de las apariencias humanas, es la misma para todos, detrás de las creencias, las opiniones y las adhesiones de la mente y del intelecto.
Es la razón por la cual proponemos un trabajo espiritual ínter confesional que se adapta a la especificidad de cada persona. Al principio de su iniciación, el cristiano se verá propuesto una « meditación sobre el Cristo », o sobre otros aspectos de su fe. Y al judío, al musulmán, al budista se le propondrá unas técnicas que estén en acuerdo con su posicionamiento confesional.
Se añaden a esto, incluso para los que no están vinculados a una tradición, las predisposiciones que son propias a lo que podríamos llamar su «tipología espiritual».
Para nosotros, el esoterismo es una dimensión espiritual interior que se vuelve a encontrar de la misma manera en la cima de cada una de las grandes tradiciones espirituales de la humanidad, y la diversidad de los Senderos converge hacia la cumbre universal.
Para nosotros, todas las religiones, y todas las grandes tradiciones provienen de Revelaciones divinas y tienen por origen la misma Realidad trascendente.
A la luz de esta verdad, las enseñanzas espirituales pueden ser clasificadas en dos categorías; por una parte, tenemos a unas enseñanzas sectarias que se declaran ser las únicas en posesión de  la Verdad y por otra parte tenemos unas enseñanzas que, reconociendo a las demás, se limitan a proponer uno de los caminos espirituales que llevan hacia la universal Realidad divina y muestran tolerancia respeto a los otros  senderos.
La Mayéutica va mucho más lejos que eso, porque lo que su enseñanza propone, es un trabajo iniciático auténticamente ínterconfesional. Es así porque las técnicas que transmite pueden adaptarse a cualquier creencia.
  El cristiano podrá recogerse al meditar sobre el Cristo, el musulmán sobre unas fórmulas coránicas, el judío sobre conceptos de la Cábala, el budista sobre elementos del Dharma, el chino sobre el Tao y el hinduista sobre su Istha devata.
La razón por la cual es así, es que las mismas técnicas contemplativas, las mismas técnicas de Despertar espiritual pueden ser utilizadas sobre temas de recogimiento, o bien de tomas de consciencia, a la vez  diferentes y convergentes.
La diversidad de los objetos de contemplación, o de toma de consciencia acaba por converger en la vivencia de la misma, única y universal inefabilidad trascendente, que constituye a la vez la fuente y la culminación de todas las religiones y a la cual  las múltiples Tradiciones han dado distintos nombres.
Así, la Mayéutica transmite a cada uno una ciencia esotérica que le permite profundizar en la esencia de su fe.

El  caso de la personas trabajando con otras escuelas esotéricas.
La interconfesionalidad concierne a las relaciones entre las prácticas exotéricas de una religión y las prácticas esotéricas que transmitimos. No existen interferencias entre estas dos prácticas porque no se sitúan en el mismo nivel. El caso es diferente cuando una persona se entrega a un trabajo espiritual de tipo esotérico relacionado con otra escuela.
Sin embargo, no prohibimos a las personas recibiendo la iniciación que trabajen también en el marco de otras escuelas esotéricas. Pero hay que saber que cuando reciben una dirección espiritual personal en estas otras escuelas, en algún momento se corre el riesgo de que se produzcan serias interferencias. Interferencias que pueden ir hasta poner en peligro el cumplimiento del proceso liberador. Pero sólo ellas mismas serán responsables de ello.