Las tres expediciones de la primera etapa
La transmisión de la primera etapa de la iniciación necesita la comunicación de un conjunto de folletos para permitir establecer un contexto de vida tradicional.
Para evitar que las personas recibiendo las transmisiones estén desorientadas por la diversidad de los escritos y de las prácticas, el envío de los textos de la primera etapa se hace en tres tandas sucesivas.
- El primer envío.
El que recibe el primer envío es llamado un « postulante ».
Esta primera expedición se refiere a todo lo que concierne a las Reglas de Vida.
Se pide al postulante que las estudie y que certifique que está de acuerdo con el ideal que representan.
Para recibir este segundo envío, se le pide al postulante tres cosas:
- Haber estudiado las Reglas de Vida.
- Estar en principio de acuerdo con el ideal que representan.
- Haber realizado, durante un mes, un comienzo de integración sincero de las Reglas de Vida en su existencia, haciendo los esfuerzos necesarios para cumplir con sus prescripciones.
- El segundo envío.
Quien recibe el segundo envío es llamado un «neófito».
Esta segunda expedición contiene los folletos relativos a las dos prácticas esenciales: la práctica cotidiana de la meditación y la práctica de la vigilancia en el seno de las actividades diarias. Se tratará por lo tanto del corazón operativo de la Enseñanza.
Para recibir la tercera expedición, se pide al neófito poder certificar que ha practicado la meditación y la vigilancia durante 28 jornadas consecutivas.
- El tercer envío.
Quien recibe la tercera expedición es llamado un «practicante».
En la tercera expedición se comunican las prácticas episódicas y las prácticas opcionales. Entre las prácticas episódicas, están los ritos teúrgicos mensuales que poseen una capacidad de transformación interior muy potente.
- Observación.
Las condiciones exigidas para la segunda y tercera expedición tienen por lo tanto un carácter selectivo. Empezamos por averiguar la concordancia en el nivel ético y luego nos aseguramos de la capacidad para practicar una ascesis tradicional.