INTRODUCCIÓN GNOSIS NEUMÁTICA
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Introducción
Cualquier Gnosis es un Conocimiento liberador y hay varias formas de gnosticismo que se sitúan en varios niveles de aprehensión.
Consideraremos aquí la Gnosis relacionada con la perspectiva del "neuma", es decir, del espíritu transmigrante.
Sois una conciencia, un espíritu, un alma y un cuerpo.
Pero sois también, en el nivel del empirismo psicológico, una entidad pensante, un pensador, que dirige su vida encarnada y hace uso de un vehículo psíquico y físico de encarnación.
Vamos a explicarnos:
¿Qué es la conciencia?
Sabéis que sois una Conciencia que percibe el momento presente. Saber eso, sentir que "yo soy consciente" es la toma de conciencia de vuestra Conciencia. Esta Conciencia es pasiva. No hace nada. Sólo percibe. Percibe los pensamientos, los sentimientos, las emociones, el cuerpo y las percepciones sensoriales. Esta Conciencia es el Sí trascendente (Atman) del Advaita Vedanta.
Esta Conciencia es una característica fundamental del Absoluto (Brahmán) que es Ser-Conciencia-Beatitud (Sat-Chit-Ananda).
Es Omnipresente, lo que implica que reside en todas las formas de vida. Al residir en las formas de vida se convierte en su Identidad profunda, su Sí. El Sí mismo, la Identidad esencial de todos los seres, es por lo tanto el mismo Sí único y universal.
Esta Identidad universal, que no es otra cosa que la presencia inmanente de Dios en las criaturas, engloba a los seres animados e inanimados. El Sí mora en la piedra y en el querubín. Si puede residir en la piedra, es porque la piedra está dotada, como cualquier cosa física, de un aspecto psíquico, y es este aspecto psíquico lo que constituye el soporte de la Conciencia Universal del Sí.
Esta presencia universal del Sí debe ser entendida como sin contenidos, y por lo tanto sin limitaciones. Todos los contenidos que distinguen una forma de vida a otra, una persona de otra, se sitúan en el nivel de lo que constituye para esta Conciencia unos objetos de percepciones.
La Conciencia del Sí, presente de forma idéntica en la multiplicidad de las formas de vida, es trascendente porque es la Conciencia-Testigo de lo que los seres vivos experimentan y piensan. Ahora bien, el Testigo, el Espectador, está más allá del espectáculo y no se ve tocado o afectada por el.
Es importante no confundir la Conciencia pura del Sí mismo con la conciencia mental. La Conciencia del Sí es llamada "pura", ya que está desprovista de cualquier contenido, mientras que la consciencia mental alberga las producciones psicológicas y las percepciones sensoriales. La conciencia mental se define como una focalización en un punto del tiempo y del espacio de la Conciencia del Absoluto, de la Conciencia del Sí. Por lo tanto cada una de estas focalizaciones es "con contenidos", mientras que la infinitud de la Conciencia del Sí mismo es "sin contenidos".
No hay separación entre la pura Conciencia del Sí mismo y la conciencia mental, del mismo modo que no hay separación entre la profundidad y la superficie del océano. Esto queda perfectamente ilustrado por el símbolo del embudo. En este mismo instante, percibís el lugar donde os encontráis, percibís el cuerpo físico y percibís los pensamientos, en razón misma de una focalización de la Conciencia universal y trascendente de vuestro Sí en un punto del tiempo y del espacio. Esto está representado por la punta del embudo. Pero si abandonáis la superficie de lo percibido sensorial y psicológico, si os adentráis en el embudo, vuestra atención se abre y acaba por perderse en el infinito de vuestro Sí que es inseparable del Ser divino, de la naturaleza del Absoluto.
El propósito de la iniciación es desarrollar la capacidad de lograr esta interiorización de la atención que, yendo más allá de lo psicológico, desemboca en la vacuidad de la presencia en vosotros de lo Divino.
Resulta fundamental comprender, antes de realizarla, que esta "Presencia Divina", lejos de ser os ajena, es vuestra verdadera Identidad trascendente.
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